Los príncipes de lo mediático
De un tiempo a esta parte, los Premios Príncipe de Asturias han apostado definitivamente por la espectacularidad de sus premiados, más que por la calidad de los mismos. La concesión suele estar vinculada a la popularidad de los mismos y al impacto mediático que tendrá la notica, y claro... Luego pasa lo que pasa.
Este año se ha dado un premio a Al Gore. Correcto. No voy a entrar en las luces y sombras científicas o paracientíficas de su campaña. Me parece muy bien, dado que se apuesta por la conservación de nuestro planeta. Que dure suficiente para entergárselo en buenas condiciones a nuestros nietos. Esto implica, entre otras cosas, un uso eficiente de los recursos, y siempre ha de ir ligado al bienestar de la humanidad.
Por otra parte, si hay un deporte que que hace un recurso poco eficiente de los recursos y que es super elitista, ese es la fórmula 1. Un deporte que practican 24 personas en todo el mundo y que es la exaltación máxima de la ineficiencia energética y de las actividades no sostenibles. Qué sería del petróleo si la fórmula 1 tuviera competiciones regionales por doquier. Resulta que el premio al deporte se lo dan a M. Schumacher, siete veces campeón del mundo de F1. Pero la incoherencia llega aun más lejos, porque hace dos años se lo dieron a Fernando Alonso cuando ni siquiera había ganado un mundial. Solo y exclusivamente porque era español, asturiano y estaba de moda! Además, tanto Schumacher como Alonso son campeones de la competitividad, no de la deportividad. Son grandisimos profesionales y competidores, pero lo que entendemos por deportividad no se hace carne en ellos precisamente.
Así que... qué nos depararán los premios estos el año que viene? F. Adriá para cultura? o Rihanna? Coto Matamoros para las letras? Por lo menos este año s elo han dado Bob Dylan!
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